Asesinato de Isbaal
41Cuando Isbaal, hijo de Saúl, oyó que Abner había muerto en Hebrón, se acobardó, y todo Israel se alarmó. 2Isabaal, hijo de Saúl, tenía dos jefes de guerrillas: uno se llamaba Baaná y el otro Recab, hijos de Rimón, el de Beerot*, benjaminitas (porque también Beerot se considera perteneciente a Benjamín; 3los de Beerot huyeron a Guittaym* y allí siguen todavía residiendo como emigrantes). 4Por otra parte, Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo tullido de ambos pies: tenía cinco años cuando llegó de Yezrael la noticia de la muerte de Saúl y Jonatán; la niñera se lo llevó en la huida, pero con las prisas de escapar el niño cayó y quedó coo; se llamaba Meribaal.
5Baaná y Recab, hijos de Rimón, el de Beerot, iban de camino, y cuando calentaba el sol llegaron a casa de Isbaal, que estaba echando la siesta. 6La portera se había quedado dormida mientras limpiaba el trigo. Recab y su hermano Baaná entraron libremente en la casa, 7llegaron a la alcoba donde estaba echado Isbaal y lo hirieron de muerte; luego le cortaron la cabeza, la recogieron y caminaron toda la noche a través de la estepa. 8Llevaron la cabeza de Isbaal a David, a Hebrón, y dijeron al rey:
-Aquí está la cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo, que intentó matarte. El Señor ha vengado hoy al rey, mi señor, de Saúl y su estirpe.
9Pero David dijo a Recab y Baaná, hijos de Rimón, el de Beerot:
Explicación.
4 Muerto Abner, Isbaal se ha quedado sin apoyo y sin iniciativa. Los que esperaban en la dinastía de Saúl están desconcertados, los que esperaban en la unión con David, organizada por Abner, no saben lo que va a suceder.
El rey Isbaal, esa sombra de monarca, impotente y apenas consciente, muerte en la quietud e incosciencia de un sueño. En la capital prestada de Transjordania, en un palacio que custodia una mujer desarmada y soñolienta. ¡Qué lejos de la muerte en campaña de Saúl y Jonatán!
4,2 * = Pozos.
4,2-3 La población cananea de la localidad huyó a territorio filisteo en tiempo de la ocupación israelita.
4,3 * = Dos Lagares.
4,4 Esta noticia encajaría mejor después de 9,3. En la presente situación puede recordar que la dinastía de Saúl no se extingue con Isbaal, pero sus representantes son, por diversos motivos, incapaces.
4,5-8 Los dos jefes guerrilleros pretenden quizá ocupar el puesto vacante a la muerte de Abner. De un solo golpe retirarán el último obstáculo a la unificación y se asegurarán el favor del nuevo rey, David. Recordando la hostilidad de Saúl, se presentan como vengadores y hasta atribuyen la acción a la justicia de Dios.
4,9-11 Pero David quiere llegar al trono unificado sin marcharse con la sangre de la dinastía de Saúl. Su ascensión está ya segura, ¿qué falta le hace un asesinato? En un juicio sumarísimo venga la sangre de su cuñado -no se dice que fuera ungido-, condena a unos traidores y demuestra a todo el pueblo su propia inocencia. Es el segundo acto importante en que administra justicia.
4,10 2 Sm 1,5-10.
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